Acabo de terminar Razones para la rebeldía, de Guillermo Toledo. Bueno, cada uno tiene sus porqués y sus cómos, y él tiene los suyos. Pero los demás tenemos los nuestros, y creo que sólo quiere ver una parte. Habla de que hay gente que no lucha, porque no lucha cómo él. Creo que de tanto hablar de izquierda, se olvida a veces de la libertad.
Y, aunque esta idea no es compartida por muchos, jamás aceptaré dos premisas. Jamás aceptaré ningún estado basado lo más mínimo en la religión. Y esto incluye desde el Tíbet o la India, los países amusulmanizados o el Vaticano. Muy cercana es la segunda, pues jamás aceptaré una sociedad con caudillo. Y es que caudillismo y religión son tan parecidos que yo no los distingo. Se nos llena la boca de decir que nadie es imprescindible, y de oír al pueblo, y de regular los tiempos en los cargos (odio hablar de mandatos). Pero luego hablamos de revolución cubana en vez de castrismo, o boliviana en vez de chavismo. Y del pseudorégimen de China, ni hablamos.
Cada uno tiene sus razones para Su rebeldía, y sus formas de expresarla.
jueves, 26 de julio de 2012
Razones para la rebeldía
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